De todo lo leído en el texto saco una conclusión
fundamental: la educación y la enseñanza(ya sea de ELE o no) no puede
entenderse como la enseñanza de una serie de materias (gramática, fonética…)
inconexas e independientes. El modelo educativo a seguir debe basarse en
modelos integradores que tengan en cuenta todas las dimensiones del individuo.
Es una tarea que no es fácil, y su producto, el currículo educativo, debe
conseguirse a través de la reflexión y la práctica. Cualquier plan de enseñanza
que se precie de ser efectivo debe extraer de los fundamentos teóricos
pedagógicos más actuales y multidisciplinares propuestas educativas concretas.
El movimiento ha de ser además doble; de la teoría a la práctica para que así
nuestras actuaciones sean lo más efectivas para nuestros fines y se ajusten a
las necesidades de los alumnos. Pero además no debemos conformarnos con eso, el
movimiento como hemos dicho ha de ser de ida y vuelta. De la observación de la
práctica; del análisis de nuestros errores y aciertos, y de los errores y
aciertos de los alumnos debemos obtener una valiosa información que nos ayude
también a mejorar la teoría desde la que partíamos.
De esta forma, a través de la propia experiencia educativa,
de la reflexión sobre esa experiencia y de los distintos instrumentos que hemos
visto a lo largo del módulo (portfolio, diario, observaciones, tablas…),
conseguiremos un verdadero desarrollo profesional y personal como docentes.
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