domingo, 17 de marzo de 2013

Comunicación: gramática y contexto.


Comunicación gramática y contexto.
A nadie cabe duda de la importancia de la gramática a la hora de entender y hacerse entender en español. Pensemos en el siguiente enunciado: “Mi saber no español hablar”. Está claro que algo falla en este enunciado; o bien se trata de algún personaje de las nuevas películas de Starwars, o bien la persona que lo emite no tiene el suficiente conocimiento gramatical en español para hacerse entender. Ahora pensemos en el siguiente enunciado: “¿hoy es fiesta, no?”. En principio parece bastante claro lo que este enunciado quiere decir; queremos saber si el día en el que nos encontramos es festivo, con todo lo que eso conlleva: cierran las tiendas, no hay autobuses, no hay que ir a trabajar, ect. Ahora pensemos en la siguiente situación; en un piso compartido con un amigo acordamos limpiar una semana cada uno la cocina. Nuestro compañero lleva un par de días haciéndose el remolón y los platos alcanzan en el fregadero una altura considerable. Empezamos a sentirnos un poco incómodos y queremos recordarle su obligación de limpiar los platos. Entonces nuestro compañero llega a casa del trabajo y se sienta en el sofá a ver la tele sin intención aparente de lavar los platos. Nosotros avanzamos hacia él, cruzamos los brazos y en un tono de voz adecuado le decimos “¿hoy es fiesta no?”. Es evidente que sabemos perfectamente que no es un día festivo, ya que nuestro compañero acaba de llegar del trabajo, sin embargo se lo preguntamos porque queremos activar en él un determinado proceso mental: los días de fiesta no se tienen obligaciones, si hoy no es fiesta tengo obligaciones, una de ellas es lavar los platos. Entre todas las formas de comunicar a nuestro compañero que lave los platos elegimos una que parece un poco oscura. No le decimos “oye lava los platos” o "¿por qué no lavas los platos?", lo hacemos porque seguimos unas normas de cortesía que nos indican que no debemos atentar contra la imagen de nuestro interlocutor siendo demasiado bruscos. Elegimos un enunciado correcto gramaticalmente pero parece que trasgredimos un concepto fundamental en la comunicación: el principio de cooperación. El principio de cooperación de Grice son una serie de normas que ayudan a que la comunicación entre las personas sea  eficaz. Entre otras cosas nos pide que no seamos demasiado ambiguos, ni oscuros; tampoco demasiado escuetos o extensos y que vayamos al grano. ¿Por qué rompemos esas máximas? ¿Por qué emitimos un enunciado que no permite deducir su sentido a través de su significado explícito? Porque nos parece que de esta manera somos más eficientes desde un punto de vista comunicativo y  de esta manera  obtendremos de una manera más eficaz nuestros objetivos al inicio de la comunicación: que nuestro compañero limpie los  platos.

En esta situación comunicativa el contexto es  tan importante como el conocimiento gramatical. La gramática no nos vale para entender el sentido de lo que verdaderamente se quiere decir. El contexto es todo lo que rodea la comunicación e influye en ella. El contexto es el conocimiento del mundo compartido entre el emisor y el destinatario (ambos comparten piso, hay normas, manejan conceptos como fregar, platos, limpieza…). También se habla de contexto físico, histórico y cultural que comparten los hablantes. Todo ello influye en la comunicación. Influyen los objetos o elementos no verbales (la cocina desordenada, la ropa que llevamos, la distribucion de los muebles),y los elementos paraverbales y cinésicos: la postura, el tono de voz con el que emito el enunciado… El mensaje que transmito se propaga por un canal que en este caso es el aire, y tiene una duración limitada. Cuando tengo el turno de palabra yo soy el emisor y mi compañero de piso es el destinatario. Estos roles cambian a lo largo del intercambio comunicativo, y ambos sabemos cómo comportarnos según el rol que nos toque y vamos negociando cuando podemos intercambiar el rol. Ambos tenemos unas expectativas en cuanto a la comunicación que se va a establecer. Si mi compañero de piso me oye entonces será el receptor y el destinatario; pero si mi compañero de piso no me oye porque está viendo la tele(interferencias del canal) y me oye el vecino; entonces éste sin ser el destinatario de mi mensaje se convierte en el receptor. Como a mi vecino le falta todo el contexto extraverbal  de mi mensaje no lo entenderá y no podrá fregar los dichosos platos.

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